EL poder de la alabanza

Cuando tenia 16 años un día después de dar catequesis de primera comunión,en mi casa me enteré de que un familiar estaba siendo oprimido aparentemente por un mal espíritu,enseguida partí a la casa de mi primo,y me encontré con que una bruja estaba conversando con una entidad que hablaba por la boca de aquél muchacho.

Al mirar aquella escena,sentí miedo,y como tenía ya dos años participando de un grupo de oración de la renovación carismática católica,lo que se me ocurrió fue levantar mis manos y comenzar a alabar a Papá Dios.

De repente la cabeza de mi primo comenzó a girar de una manera increíble,y mientras tanto yo alabando a Dios,aunque las pierna me temblaban,y de pronto cayó mi primo cayó al piso,y vomitó un líquido amarillo,cuando se levantó ya estaba libre de aquella influencia.

Hermanos,cuando alabamos a Dios,suceden coas maravillosas,por eso en todo momento debemos alabar a nuestro Padre Celestial,no importa cuán difícil sea la situación por la cual estes atravesando,alaba a Dios...

Cuando alabamos a Dios,el Espíritu Santo nos libera de todo aquello que nos aleja de Papá Dios,y el demonio nada puede hacer en aquello que con sus vidas y sus labios alaban y adoran a Yaweh.